a) El Garabato: A partir del
año y medio el primer garabato (no siempre efectuado sobre papel), supone la
primera expresión gráfica de lo que más adelante serán trazos que irán tomando
progresivamente forma y contenido.
b) Del garabato a las primeras forma: A partir del
segundo año, el niño es capaz de ir dando forma a los garabatos. Ya no se trata
sólo de líneas inconexas sino que se observan agrupamientos de trazos en formas
con contornos.
c) Las líneas empiezan a tomar forma: Etapa de 2,5
años aproximadamente. El niño es capaz de dibujar círculos y combinarlo con
líneas para crear nuevas formas. Son dibujos que ya tienen cierto parecido con
objetos y figuras humanas pero sin llegar a nivel de detalle suficiente como
para identificarlas plenamente.
d) El detalle aumenta: tres años
aparecen las primeras formas que identifican objetos o personas. El dibujo
puede tener ya una intención clara de comunicar situaciones, personajes y
emociones.
e) La figura humana se perfila: Tres y cuatro
años el niño va depurando sus dibujos. La figura humana evoluciona de un simple
humanoide con piernas y cabeza a una figura más completa en las que ya se han
incorporado el cuerpo y los brazos.
f) Se consolida
la forma: Cinco años. Las diferentes estructuras cognitivas han ido madurando y el
dibujo es una más de las facetas en el que el niño ha progresado. Ahora la
figura humana es perfectamente identificable y presenta la mayoría de los
elementos principales.
g) El personaje en situación: Cinco a seis
años el dibujo está consolidado. Cada niño a su forma y con su propia destreza.
No obstante, el dibujo va a mantener un elemento común en todos los niños.
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